La Cocina Mexicana es conocida por su suculencia y su gran variedad. Sus orígenes se remontan al período prehispánico, cuando una gran cantidad de platillos giraban alrededor del maíz, junto con otros ingredientes como: chiles, frijoles, calabazas, aguacate, tomate, cacao, nopal carne de conejo, armadillo y guajolote, así como insectos, ranas, tortugas y una gran variedad de frutas como ciruelas y pitayas.
Con la llegada de los españoles también se dio un mestizaje en la gastronomía y los platillos precolombinos se vieron enriquecidos con la introducción de frutas, azúcar, aceite, cereales como el trigo, especias como orégano y la pimienta negra, ganado vacuno, ovino, pollos, cerdos, leche y arroz, entre otros.
Así nacieron los platillos que le han dado fama mundial a la Gastronomía Mexicana como: el mole, los chiles en nogada, la sopa de lima, la cochinita pibil, las carnitas y los famosos tacos, entre otros.
También surgieron bebidas como el tequila, la cerveza, aguas frescas de diversas frutas tropicales, atole, champurrado y por supuesto el chocolate.
En cuanto a los postres también la Cocina Mexicana tiene sus importantes aportaciones con el flan, la capirotada y la gran variedad de dulces tradicionales elaborados con leche y azúcar.
En 2010, la cocina tradicional de México fue reconocida por la UNESCO en su lista de Patrimonio Inmaterial.